Hace casi tres meses, en diciembre, elementos de la Guardia Nacional de Texas comenzaron a instalar alambre de púas y contenedores de carga a lo largo de la orilla del Río Grande, justo al Oeste del puente internacional Paso del Norte.
Con una alambrada de 6 pies de alto –1.83 metros– y la presencia de vehículos militares y soldados patrullando la zona, el despliegue forma parte de la Operación Lone Star –Estrella Solitaria–, el esfuerzo fronterizo del gobernador Greg Abbott para detener la inmigración ilegal a Texas. PUBLICIDAD
Y aunque el operativo ha tenido un impacto directo en el número de encuentros con migrantes en esa zona por parte de la Patrulla Fronteriza, se han levantado voces cuestionando el impacto ecológico y la legalidad de la nueva infraestructura.
De acuerdo con la Sección Estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas –CILA, por su siglas en español; IBWC, en inglés–, el estado de Texas no ha solicitado permisos para construir esta infraestructura, que se extiende cada semana, en la frontera.
Los acuerdos internacionales, entre México y Estados Unidos, otorgan a la IBWC el control de la ribera del río y la capacidad de otorgar licencias y permisos de construcción en la zona.
Una vocera de la Comisión señaló que Texas no solicitó permiso antes de arrancar las obras de la Operación Lone Star.
“IBWC se comunicó con el Departamento de Seguridad Pública de Texas (que parece estar manejando este asunto para la Guardia Nacional) y solicitó que envíen información para que la Comisión Internacional de Límites y Aguas en Estados Unidos la revise para pasar por nuestro proceso de permisos/licencias para la infraestructura ubicada en tierras controladas por la USIBWC”, dijo la institución. “Nos enviaron información en diciembre, pero no han respondido a nuestra solicitud de material adicional que requerimos”.
Desde enero, la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas entregó a su contraparte norteamericana una solicitud de remoción de la barrera de contenedores colocada en diciembre pasado en el borde Norte del río Bravo, entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas.
De acuerdo con Jesús Luévano, secretario de la representación mexicana, la petición fue hecha el 2 de enero y es la tercera generada por la presencia de depósitos similares en la franja fronteriza.
“Reitero a usted nuestro desacuerdo en que se haya instalado tanto la barrera de contenedores mencionada, como los cercos de malla ciclónica y de alambre, sin que su proyecto se haya presentado en el seno de la Comisión y que este organismo tuviera la oportunidad de revisarlo y pronunciarse sobre el mismo en los términos del Artículo IV-B del Tratado de Límites de 1970”, indica un fragmento del mensaje de la Sección Mexicana facilitado por Luévano.
Sally Spener, oficial de Asuntos Extranjeros de la Sección Estadounidense de la CILA, confirmó la recepción de la solicitud y agregó que, con anterioridad, habían expuesto los requerimientos del tratado internacional ante el Gobierno de Texas.
Fue el 27 de diciembre cuando la Guardia Nacional de Texas colocó 10 contenedores de carga en el lado Norte del río –frente a la Preparatoria Altavista, en Juárez–, con los que “el Gobierno de Texas busca seguir construyendo un ‘muro’ contra los migrantes” que han arribado para cruzar a Estados Unidos a través de esta frontera.
“En El Paso, los contenedores fueron instalados aproximadamente un kilómetro hacia el poniente del puente ferroviario llamado ‘Puente Negro’, mientras que la Guardia Nacional de Texas mantiene militarizados cerca de 2.5 kilómetros más de la frontera”, indicó el reporte.
“La preocupación que establece el tratado es que esas instalaciones puedan causar desviación u obstrucción a la corriente de avenidas del río Bravo. En este momento los contenedores están fuera del cauce piloto –por donde corre el agua–, pero dentro de la zona de inundación del río”, dijo Luévano en su momento.
Los cuestionamientos sobre el impacto ecológico de la instalación de Abbott sobre el bordo fronterizo ha llamado la atención de expertos en el medio ambiente.
“Hay una afectación directa, sobre todo hacia la fauna, hay especies de anfibios en el río Bravo como algunos sapos y algunas ranas que se esconden en invierno en las zonas lodosas para poder resistir las temperaturas bajas, también hay algunas especies de tortugas del desierto; también hay afectación hacia la flora porque donde están cavando estos hoyos para poner los postes no respetan las plantas”, señaló el biólogo Damián López Peña.
No obstante, para el gobernador Abbott, se trata de una historia de éxito.
“Los soldados de la Guardia Nacional de Texas bloquearon una oleada de inmigrantes ilegales que intentaban cruzar la frontera ilegalmente hacia El Paso”, tuiteó el mandatario la semana pasada.
“Las políticas de fronteras abiertas de Biden han creado una crisis récord de inmigración ilegal. Texas está protegiendo a nuestro estado, y a Estados Unidos, en su ausencia”, agrega el texto del gobernador en la red social.
En el tuit, Abbott muestra dos imágenes. En ambas aparecen docenas de personas detrás de las alambradas de púas y de la valla fronteriza, mientras agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y de la Guardia Nacional de Texas observan desde El Paso.
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