"El arte más delicado es el de conducir hombres", este proverbio preside una de las aulas de la Academia Militar de Zaragoza donde la princesa Leonor ingresará a finales de agosto. Una vez que cruce el pórtico enladrillado de esa escuela castrense, Leonor será una cadete más. La exigencia fÃsica y académica es muy alta desde el primer minuto. "Entran siendo casi unos adolescentes y cinco años más tarde estos oficiales - compañeros de la princesa- estarán desplegados en operaciones en Malà o en LÃbano", cuenta a NIUS un alto mando del Ejército de Tierra.
Nada más pisar la Academia a los alumnos se les entrega un dossier y una carta de bienvenida, en el que se les avisa de que comienzan un camino "duro y demandante". Su misión es la del "estudio y la preparación", dice la carta. Son 36 páginas con explicaciones minuciosas sobre la vida en la escuela. Desde el compañerismo y el comportamiento, hasta las horquillas del pelo y el esmalte de uñas. Todo está detallado.
Incluso se les indica cómo acudir vestidos el primer dÃa: "Ropa cómoda y correcta", porque los trámites y las esperas son largas -se les cita a las 7:30 de la mañana- y nada de ir con chanclas aunque sea verano.
El primer dÃa se permite que la familia les acompañe y durante dos horas puedan visitar las 71 hectáreas que tienen las instalaciones. El rey ya las conoce, fue alumno en los 80, pero quizás junto con la reina Letizia acompañen a su hija ese dÃa de estreno.
El compañerismo es la norma de "La General", que es como se conoce a la Academia Militar de Zaragoza. "Con tus compañeros, a los que pronto conocerás, crearás unos vÃnculos que te acompañarán para siempre", dice la misiva. Los alumnos tienen un decálogo que deben de aprender, algo asà como los 'Diez Mandamientos del cadete", que los que han pasado por allà tienen grabado a fuego.
El primero de los mandatos es "tener un gran amor a la Patria y fidelidad al rey", eso a Leonor se le supone, pero hay aspectos más mundanos. Nada de chismes ni cotilleos, el quinto mandamiento lo deja claro: "No murmurar jamás ni tolerarlo". No se permiten las envidias, hay que "alegrarse de los éxitos" de los compañeros, o como reza el sexto mandamiento: "Hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores".
Los alumnos de la Academia tienen un sueldo mensual al que Leonor ha renunciado. Durante los dos primeros años de formación, los cadetes cobran 359,55 euros al mes. No tienen derecho a pagas extraordinarias. El salario es el 60% del sueldo base de los 696,13€ mensuales que cobra un militar de Tropa y MarinerÃa del subgrupo C2.
En el campus de la escuela hay una sucursal bancaria, farmacia, tienda de efectos militares y un casino. Cuando su apretada agenda se lo permite, los alumnos pueden salir del centro. Hay dos lÃneas de autobús, una parada de tranvÃa y los taxis solo llegan hasta la puerta exterior. La hora de cierre es sagrada. El o la que se queda fuera tiene sanción asegurada.
"Va a sudar la camiseta", asegura a NIUS un alto mando de Defensa. A las seis horas de clases diarias se suman las dos horas mÃnimas de entrenamiento fÃsico y la instrucción militar. Leonor, al igual que sus compañeros, va a tener que coger el fusil, hacer vivac ( dormir en campo abierto) , tirarse al barro, participar en maniobras, simular ejercicios bélicos a veces durante varios dÃa o hacer prácticas de tiro.
Por eso en la lista de materiales que deben llevar los cadetes figuran desde cinta americana (invento militar que sirve entre otras cosas para proteger la munición, pero que vale para cualquier roto imprevisto), además se les pide un metro de alambre galvanizado, 3 metros de sedal, trapos o cepillos de dientes viejos para limpiar el armamento, silbato, piquetas de camping y un costurero.
Debido al "importante esfuerzo fÃsico y con el fin de evitar lesiones" se les recomienda que entrenen en verano antes de ingresar. Lo mÃnimo, correr al menos 45 minutos tres dÃas a la semana y realizar flexiones de brazos a diario. Las primeras seis semanas de Academia son fÃsicamente muy exigentes. Les espera el llamado "circuito de capacidades volitivas", una dura pista militar con 20 obstáculos fÃsicos y de estrategia que ponen a prueba la capacidad individual y la del equipo. "Se sufre mucho", aseguran los que la han probado.
Y al menos un viernes al mes, tienen la carrera de hermandad. Todos los alumnos de la Academia corren juntos 10 kilómetros con el uniforme puesto a las ocho de la mañana, llueva, nieve o haga calor.
Los alumnos de 'La General' duermen en 'camaretas', asà llaman a las habitaciones compartidas. Las hay de dos, de cuatro y hasta de doce plazas. Normalmente los nuevos suelen ocupar las habitaciones más grandes. Las chicas, como son menos, se ubican en las camaretas más pequeñas. Leonor tendrá una capitán asignada durante su formación en la Academia.
El material militar se les entrega el primer dÃa. Uniformes de gala y faena, ropa de deporte, botas, mochilas. Todo lo necesario para su vida en la Academia. Los espacios son reducidos. Un armario, una mesilla y una taquilla. Por eso se les recomienda no traer "demasiada ropa civil" (no se usa demasiado) y una funda oscura para mantener sin polvo los uniformes de "bonito".
En cuanto a la indumentaria y al aspecto exterior las normas de la Academia exigen "decoro y corrección aunque se vista de paisano". En la página web de la escuela remiten a un documento de 1996 mecanografiado. El único maquillaje obligatorio es el de camuflaje, el que se emplea en las maniobras. El resto debe de ser de "colores naturales que no contrasten con la propia piel". Nada de labios rojos. El esmalte de uñas debe de ser transparente. Y el maquillaje está prohibido con el uniforme de campaña.
Los collares están prohibidos. Solo se permiten dos anillos y una pulsera discreta. Los pendientes deben de ser pequeños, a ser posible redondos, plateados, dorados o de perlas y centrados en el lóbulo de la oreja.
El pelo también tiene un capÃtulo aparte. Se recomienda que el cabello tenga un color natural, si es largo hay que llevarlo recogido, bien el moño ( recomendable) o en coleta o trenza pero que no supere la axila. Nada de melena al viento ni diademas ni pasadores. Están permitidas las horquillas y redecillas del mismo tono que el cabello para que no destaquen. Los chicos, pelo corto y sin barba.
Leonor estará en "La General", como se conoce a esta Academia, hasta 2024. Tras jurar bandera pasará a la Escuela Naval de MarÃn (Pontevedra) donde las normas son similares, aunque el petate para enrolarse en el buque escuela 'Juan Sebastián Elcano' sea mucho más reducido. Después pasará por la Academia del Aire de San Javier (Murcia). Tres años de formación para conseguir las dos estrellas de teniente.