INDAP Agustinas 1465, Santiago de Chile
El mejor aliado de los peluqueros es el viento que despeina el cabello, pero no así el de los pequeños agricultores, que muchas veces ven impotentes cómo los soplidos de la Patagonia rajan el plástico de sus invernaderos.
¿De qué forma se resuelven estos problemas?, ¿qué materiales utilizan en las construcciones?, ¿cuáles son las recomendaciones para resistir los embates de la naturaleza? Éstas fueron algunas de las preguntas que respondió el equipo técnico de INDAP, liderado por el director regional (S), Gabriel Zegers, durante una visita a distintos predios de la región tras las últimas rachas de viento que alcanzaron los 145 kilómetros por hora.
La mayoría de los invernaderos superó la dura prueba, principalmente los fabricados con metalcon y policarbonato alveolar, pero algunos construidos con cubiertas de plástico y que ya cumplieron su período de vida útil informado por los fabricantes sufrieron rasgaduras.
“Lo importante es hacer las mantenciones y cambiar los plásticos según corresponda. Éstos están señalados por el fabricante y encontramos algunos que pueden alcanzar una vida útil de cuatro, tres o dos temporadas. También es importante que la instalación sea en la época del año correcta para asegurar al máximo el tensado del plástico”, precisó Pablo Fernández, jefe del área Punta Arenas de INDAP.
Otra de las recomendaciones es escoger un lugar apropiado para la construcción del invernadero. Siempre se aconseja hacerlo siguiendo el sentido de los vientos predominantes para evitar que el viento los azote de costado.
Los profesionales de INDAP también resaltaron la importancia de construir cortinas cortaviento, cuya altura supere idealmente la cumbrera del invernadero. “Las cortinas deberían ser de malla cortaviento 50-50 o tablas de madera espaciadas 1 a 2. Ello protege enormemente la estructura y la cubierta. Es decir, si el viento viene con rachas de 140 km/h éste se reduce a 70 km/h”, explicó Zegers.
En cuanto a la estructura de invernaderos de madera, se recomienda el uso de la lenga, por su gran flexibilidad, lo que la hace muy resistente al viento.
“Para el policarbonato se aconseja el de tipo alveolar, que posee mayor capacidad térmica. En la horticultura se utiliza principalmente el alveolo de 4, 6 u 8 mm, siendo el de 6mm el más ocupado por su buena durabilidad y resistencia. Al igual que el polietileno, se debe instalar la capa con filtro UV hacia el exterior, de lo contrario las planchas se tornarán amarillas al cabo de poco tiempo y serán más propensas a romperse”, dijo Zegers.
Añadió que “lo principal con el policarbonato es utilizar buenas fijaciones: tornillos autoperforantes de cabeza hexagonal y golillas de 24 a 35 mm de material EPDM o similares. No se deben utilizar golillas de PVC, pues éste es químicamente incompatible con el policarbonato y en poco tiempo literalmente quema la circunferencia de la golilla, lo que lleva a que la plancha se suelte y se rompa con el viento”.
Los profesionales de INDAP hicieron un llamado a realizar antes de cada nueva temporada agrícola una mantención de los invernaderos, procurando reemplazar las maderas que se encuentren en mal estado o descompuestas. Y en el caso del metalcon, revisar el estado de las fijaciones.
El Gobierno Regional dispondrá próximamente de fondos para 80 agricultores de Punta Arenas, orientado a la reparación de infraestructura, especialmente invernaderos, mientras que INDAP, adicional a su línea de créditos a corto plazo, con 3% de interés, abrirá un Programa de Inversiones para usuarios SAT orientado a la habilitación de nueva infraestructura productiva.