Este paso sobre el río Goascorán, en la Costa de los Amates, en Alianza, Valle, solo sirve a medias en temporada seca.
ALIANZA, VALLE.- ¡Nos mintió! ¡Mi papá se ahogó en ese río! ¡Confiamos en ella! ¡Solo un rótulo pusieron! ¡Tuvieron que empezar en diciembre, ahora el tiempo ya no da! ¡Nos vamos a inundar! ¡Otra vez incomunicados!...
Esas son las expresiones de los pobladores de la Costa de los Amates en el municipio de Alianza, Valle.
La desgracia, su fiel compañera, les pisa los talones a poco tiempo tiempo que comience la temporada de lluvias y las soluciones a su eternos problemas —inundaciones por la falta de bordos e incomunicación por un puente destruido desde hace 12 años que nadie es capaz de construirlo— no aparecen por ningún lado.
Su última esperanza estaba en la presidente Xiomara Castro, quien los visitó en medio de la inundación que vivieron en octubre del año pasado debido al paso de la tormenta Julia y, de paso, les prometió públicamente la construcción de un puente sobre el río Goascorán y la fabricación de los bordos de contención para evitar desgracias.
“Solo promesas y mentiras, estamos decepcionados, creímos en ella y al final recibimos más de lo mismo, prometió que iban a construir las bordas de contención, se iba a llevar a cabo un vado para cruzar, dijo que al no más pasara el invierno el año pasado iniciaban”, relató José Nuñez, poblador de la zona que, incluso, sufrió la muerte de su padre ahogado por las inundaciones.
Las obras debieron comenzar en diciembre del año pasado —eso se anunció—, cuando la temporada seca comenzaba. Así, a estas alturas, los proyectos estuvieran en su etapa final, pero no ocurrió y ahora con la temporada de lluvia respirándoles a los pobladores, buscan resignación y claman al Divino Creador no sufrir un azote devastador.
La Costa de los Amates no es cualquier zona, es de las más productivas de Valle, al poseer 150 manzanas de plátano y 220 hectáreas de camarón. También resalta por la producción de sal y melón e igual cuenta con unas 10 mil cabezas de ganado, leche y sus derivados. Estar incomunicados está llevando a la quiebra a los productores.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus visitó la Costa de los Amates en el municipio de Alianza, Valle, corazón del Golfo de Fonseca, para evidenciar la complicada situación que atraviesan.
La Costa de los Amates es sinónimo de inundación, sucede todos los años sin dejar escapar uno.
Son 16 comunidades —El Cubulero, Altos de Jesús, Los Amates, San Jerónimo, San Pedro Calero, Sonora, Los Luices, El Estero, Playa Grande, La Ceiba, Playitas, Calicanto, Valle Nuevo, El Aceituno, El Capulín y La Laguna— atrapadas en un circulo de destrucción e incomunicación, ocasionado por el río Goascorán, bajo la complicidad de las autoridades de turno con sus promesas incumplidas.
La única vez que les cumplieron les construyeron un puente de tan mala calidad que no llegó ni a ser inaugurado, pues el río se lo llevó a mediados del 2011. El entonces ministro de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), Miguel Pastor catalogó el suceso como “una lástima lo que pasó”.
En ese proyecto fallido se fueron 18 millones de lempiras arrastrados por la corriente del Río Goascorán. “Desde que vimos cómo lo iban haciendo sabíamos que no iba aguantar, pero no tomaron en cuenta nuestra opinión”, relató un anciano al recordar el terrible suceso.
A partir de ahí la Costa de los Amates se convirtió en un pódium, en el que aspirantes a cargos públicos y otros ya electos los visitan en medio de su desgracia para tocarles el hombre, tomar un micrófono y anunciar proyectos, estudios, obras y soluciones que no se concretan.
La última en visitarlos —el pasado 12 de octubre del 2022 — fue la presidenta de la República, Xiomara Castro, quien llegó con su hijo y secretario privado, Héctor Zelaya, decenas de periodistas y ministros para ver con sus propios ojos el desastre que estaban pasando los hondureños de la zona sur.
Segura de sus palabras, en medio de una multitud, les prometió no solo el puente que tanto ansiaban, sino la construcción de bordos en el caudal del río con una inversión que el ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), Mauricio Ramos, detalló sería de entre 150 a 200 millones de lempiras.
Del ostentoso presupuesto, solo se gastó en un rótulo que está agarrando óxido a la orilla del río, a escasos metros de donde se comenzarían a poner los gaviones de contención el año pasado.
“Son 12 años con este problema que se volvió permanente en nuestras vidas, es notoria la negligencia y la falta de voluntad, promesas han hecho todos los políticos, todos los años hacen estudio; el traslado de productos es muy difícil y en invierno todo se queda del otro lado”, argumentó Darwin Corea, poblador de la zona.
Testimonios de las desgracias hay por decenas, historias de muertes en el río, ganado perdido, motocicletas arrastradas, productos inundados, enfermos de gravedad sin asistencia médica por no poder cruzar, nacimientos a la intemperie, pero nada conmueve a las autoridades.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció el fundamento en las denuncias, ya que actualmente solo hay un pequeño paso en el caudal del río que solo ocupa una lluvia para taparlo totalmente.
También se logró observar que el paso de productos es fluido, traslado de ganado, camarones y decenas de vehículos y mototaxis que mueven a las más de 2,000 familias que viven entre un extremo y otro del caudaloso río Goascorán.
En medio del recorrido se encontró un predio en el que están depositados una gran cantidad de gaviones; un poblador explicó que los llevó la gente del la cuenca del río Goascorán desde el año pasado para que la SIT iniciará los trabajos pero que no se comenzó.
Lo que sí se ubicó fue un rótulo inmenso a la orilla de la calle que anuncia con bombos y platillos el comienzo de los trabajos en la Costa de Amates, la publicidad ya se está oxidando con la espera.
La visita de EL HERALDO Plus causó simpatía en la zona, las personas se bajaron de sus carros para pedir apoyo y exigir respuestas, en los negocios solicitaron recordarles a las autoridades que les deben promesas en una especie de clamor popular.
Jaime Reyes, vecino de la comunidad, explicó que “ya son varios años, dijeron que iban a hacer obras de mitigación, vino la presidenta, dijo que solo esperábamos que terminara el invierno y que íbamos a tener la caja puente y nos mintió, todos los 20 de cada mes empiezan, pero estamos claros que ni aun empezando este mes podrían terminar antes que se venga el invierno”
La problemática en la Costa de los Amates ha estado en la mira de todos los gobiernos en los últimos 12 años.
La extinta Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) anunció a mediados del 2021 que ya se tenían gestionados 80 millones de lempiras para la construcción del puente sobre el río Goascorán.
También hablaron de 200 millones de lempíras para la construcción de la carretera de acceso que está totalmente destruida a pesar de ser la vía de comunicación para el traslado de millones de lempiras en productos.
Los estudios para este entonces ya estaban terminados, la construcción de la obra entró a proceso de licitación y se obtuvo un ganador que solo estaba esperando la fecha de inicio.
Todo este proceso se vino abajo con el cambio de gobierno, Invest-H pasó a formar parte de la SIT, quien comenzó desde cero con análisis de los proyectos encaminados para verificar su vialidad.
“Nos dijeron que en realidad nunca tuvieron el dinero, que solo estaba en presupuesto, nosotros fuimos a preguntar, pero no dan razón, a ciencia cierta no sabemos qué fue lo que ocurrió”, explicó Núñez.
EL HERALDO Plus trató de comunicarse con el ministro de la SIT, Mauricio Ramos, para conocer detalles del proyectos en la Costa de los Amates; también se llamó a Octavio Pineda, ministro del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), pero comentó que estaba con muchas reuniones y no tenía tiempo para hablar del tema.
Ese tiempo que los ministros no tienen tampoco lo poseen las personas en la Costa de los Amates. Ellos sin duda verán este año sus casas inundadas e incomunicados, sus productos se arruinarán y quedarán otra vez engañados por los políticos del turno.