Los ciudadanos de Valladolid, una ciudad en el noroeste de España, están acostumbrados a ir a un parque comercial local llamado Río Shopping y estacionarse en una calle llamada Me Falta un Tornillo, literalmente, "Me falta un tornillo", aunque la expresión también puede traducirse en inglés como "Tengo un tornillo suelto".Pero en otras partes de España, el nombre de la calle sigue siendo una fuente de diversión a pesar de que data de 2011. La designación ganó nueva prominencia en las redes sociales recientemente, después de que varios usuarios de Twitter instaran a sus seguidores a buscar la ubicación de la tienda de muebles IKEA en Valladolid.“Busca en Google 'IKEA Valladolid' y mira en qué calle está, no te arrepentirás”, tuiteó el usuario @lasuspiritos.El mensaje fue retuiteado más de 7200 veces, mientras que un mensaje similar publicado por @ffchll obtuvo 1700 retuits.La razón por la que la calle tiene un nombre tan peculiar es que la cuenta de Facebook de IKEA realizó una votación en línea entre octubre y noviembre de 2011 llamada: "Nuestra mejor calle tiene tu nombre".Más de mil personas participaron en la encuesta, con un 54% votando por Calle Me Falta un Tornillo por delante de otras opciones como Calle Como en Casa, Nada (There's No Place Like Home Street) o Calle Del Abrazo en el Sofá (Hug on la calle del sofá).Como parte de la campaña, IKEA sorteó 10 reproducciones personalizadas de la placa con el nombre de la calle ganadora.Pero, ¿cómo se permitió a la empresa sueca poner nombre a una calle pública de Valladolid?La respuesta es simplemente que la multinacional compró los terrenos de Arroyo de la Encomienda, un municipio de unos 20.000 habitantes situado cerca de Valladolid, para construir el parque comercial Río Shopping, una adquisición que el diario El Norte de Castilla recogió en su portada el pasado 11 de junio. , 2010.IKEA luego lanzó una campaña para nombrar la calle, y el ganador fue posteriormente aprobado oficialmente por las autoridades de Arroyo de la Encomienda.Me Falta un Tornillo designa tanto la calle principal como las calles laterales que conducen a otras grandes cadenas de tiendas, como Leroy Merlin o Media Markt.Como la sucursal de Valladolid fue la primera tienda de IKEA en abrir en la región de Castilla y León, el objetivo era hacer memorable su inauguración involucrando a los locales en la identidad de la firma de una manera humorística, según un portavoz de la compañía.“Fue algo especial que solo se hizo allí, y fue muy bien recibido”, dice.Hay muchos nombres de calles vinculados a empresas o con nombres corporativos en España, como explica Fernando de Córdoba, estratega de branding más conocido por sus miles de seguidores en Twitter como @gamusino.“Por un lado, están las calles más tradicionales cuyo nombre viene de la forma en que los locales las identifican, como el Pasaje de la Caja de Ahorros en Madrid, la calle Banco Bilbao en Bilbao, la calle TV3 en Barcelona o Tren Renfe La calle de la Estación de Burgos”, dice.“Son nombres orgánicos de calles que ha oficializado el ayuntamiento, posiblemente porque así se les conocía en general”.En tanto, según De Córdoba, también hay calles donde una empresa tiene “el privilegio” de ponerle nombre.“Esto podría compararse con el naming rights, que es cuando una empresa nombra un edificio, como el Wanda Metropolitano [en Madrid], el Kodak Theatre [en Hollywood] o el Wizink Center [en Madrid], que al final es un manera de patrocinar un nombre.”También está el caso de la Calle Azul, llamada así cuando el banco BBVA instaló un centro de trabajo en Las Tablas, Madrid, en referencia al color de la firma de la empresa, tal y como explica la periodista Marta Maroto en un artículo para eldiario.es .Los nombres de las calles dependen de las ordenanzas locales que cambian con cada localidad, aunque existen algunos criterios comunes, como priorizar los nombres que merecen perpetuarse por su relación con el municipio, o nombrar calles solo con personas que ya han fallecido.Otros criterios incluyen ningún nombre cuya ortografía o fonética pueda sonar cómico, y ningún nombre que pueda ser ofensivo para ninguna minoría.Desde el punto de vista de una marca, tener una calle con su nombre es una forma de convertirse en parte integral de la sociedad y lograr la permanencia.“Una calle no cambia de nombre, es permanente por naturaleza, entonces es una forma de formar parte de la conciencia colectiva”, dice De Córdoba.Sin embargo, desde el punto de vista del público, puede ser difícil entender por qué una empresa privada debería estar en el mapa urbano.No obstante, De Córdoba destaca que “el nombre de IKEA fue elegido por el público y no hace referencia directa a la empresa.También es una calle que da servicio [al parque comercial]”.Si bien el caso de la calle Me Falta un Tornillo es algo único, ya que fue decidido por el público a instancias de IKEA, no es la primera vez que Valladolid le da un giro a los nombres de sus calles.En octubre de 2017, el ayuntamiento acordó cambiar el nombre de ocho calles asociadas al franquismo, pasando la calle Mariano Miguel López -llamada así por un sacerdote franquista- a la calle Celtas Cortos, en honor a la conocida banda de rock española que procedía de la ciudad.Y en marzo de 2000, el grupo de rock AC/DC inauguró personalmente una calle que lleva su nombre en Leganés, Madrid, una novedad para la banda.Al alcalde, José Luis Pérez, del Partido Socialista (PSOE), se le ocurrió la idea y recibió los votos a favor de todos los partidos políticos del ayuntamiento excepto el Partido Popular (PP), de centroderecha.La medida atrajo mucha atención de los medios y la placa de la calle fue robada y reemplazada en varias ocasiones.En Zaragoza, 2010 fue un año revolucionario para los nombres de las calles: el ayuntamiento votó para deshacerse de los nombres que tenían tintes de la dictadura, como la calle Comandante Pau, que se convirtió en la calle Héroes del Silencio, en honor a una famosa banda de rock española.En las afueras de la ciudad, los residentes del recién desarrollado barrio Arcosur propusieron que las calles llevaran nombres de videojuegos.De las 68 calles, 12 tienen nombres como Super Mario Bros, Tetris, Final Fantasy, Space Invaders y Gran Turismo.Y en 2001, el Ayuntamiento de Zaragoza incluyó el distrito de Valdespartera en sus planes urbanísticos y aprovechó para nombrar hasta 86 calles con nombres de películas.Una búsqueda en Google Maps arroja calles como Cantando bajo la lluvia, La lista de Schindler, La isla del tesoro, El paciente inglés, Un americano en París, El resplandor y El mago de Oz, mientras que las dos avenidas principales se llaman Séptimo Arte (Séptimo Arte) y Casablanca.Mientras tanto, en Rivas-Vaciamadrid, a las afueras de Madrid, las autoridades locales decidieron rendir homenaje a los cómics españoles.En 2001, cuando el ayuntamiento estaba regentado por una coalición de Izquierda Unida y el PSOE, se decidió que 15 calles de un nuevo barrio llevarían nombres como Zipi y Zape, Pepe Gotera y Otilio, Mortadelo y Filemón (conocido como Mort & Phil en inglés), Rue del Percebe y Rompetechos.Y ese no es el final.En Torremolinos, Málaga, está la Plaza de la Gamba Alegre.Y en Fresnedillas de la Oliva en Madrid, hay una calle que se llama Pito del Alcalde, que se podría traducir como Polla de alcalde o Silbato de alcalde.Menos modernos pero igualmente extraños son nombres de calles como Salsipuedes (Sal si puedes) en Pamplona, Abrazamozas (Abrazador de mujeres jóvenes) en Zamora, Poca Sangre (No mucha sangre) en Vejer de la Frontera e Impertinencias (Impertinencia) en Valencia.Y en Ferrol, en la región noroeste de Galicia, una de las colinas más empinadas de la ciudad se llama acertadamente Rómpete el Alma (Rompe tu alma).Versión en inglés de Heather Galloway.Suscríbete y lee sin límites