Trifulca vecinal en Florida. Un caimán de 2,7 metros de longitud se acercó el pasado 4 de marzo hasta la casa de Scot Hollingsworth, un hombre de 56 años que en aquel momento estaba viendo la tele con su esposa. Tocó a la puerta, y cuando Hollingsworth abrió, le propinó un bocado a su vecino.

Hollingsworth explicó al medio local ClickOrlando que estaba viendo la televisión cuando escuchó un golpe en la puerta de su casa. “Me levanté de un salto, me dirigí y abrí la puerta, salí mientras intentaba alcanzar las luces y apenas salí por la puerta, me sujetaron la pierna y comenzó a temblar con mucha violencia”.

El hombre de 56 años aseguró al medio citado que jamás había tenido ningún problema con un cocodrilo: “Vemos caimanes detrás de nuestra casa, es algo habitual, pero siempre se mantienen alejados de nosotros”. El caimán acabó siendo sacrificado por la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida, por lo que el motivo del ataque seguirá siendo una incógnita.

“Sucedió tan rápido, no fue mucho (tiempo). Fue total sorpresa y conmoción [...] Sospecho que sorprendí al caimán tanto como él me sorprendió a mí”, señaló Hollingsworth. El hombre recibió el mordisco en en la parte superior del muslo y fue trasladado a un hospital con lesiones que no ponen en peligro su vida.

Al parecer, los encontronazos entre cocodrilos y humanos son más frecuentes en primavera, según explicó a ClickOrlando Frank Robb, especialista en este tipo de reptiles con más de 30 años de experiencia.

“Sus hormonas, que en realidad son muy similares a las nuestras, aumentan dos veces al año. Esto coincide con la primavera y el otoño”, señaló Robb. “Simplemente son más activos en esta época del año, y comienzas a ver más conflictos humanos con ellos, cruzando caminos, cuantas más casas se construyen, más cosas suceden, más los ves caminando.”

Los procesos hormonales llevan a los cocodrilos a trifulcas internas, según Robb: “Están teniendo peleas con otros caimanes y quieren levantarse y moverse por esa razón. En este momento, hemos estado lidiando con ambos”. Sin embargo, Mike Hileman, el director del parque de vida silvestre, cree que la educación es la clave para convivir con depredadores de casi tres metros de longitud: “Es un depredador superior que puede crecer mucho y puede dar un poco de miedo, pero a través de la educación y siendo conscientes de su entorno, podemos coexistir con estas cosas”.

A pesar de la trifulca vecinal y tras conocer el fatídico final del caimán, Hollingsworth aseguró que habría preferido que el animal sobreviviese. “Trabajé en una granja mientras crecía y he estado en la vida silvestre toda mi vida, sabes, me encanta ver a los animales, pero no tan de cerca. Estuvo un poco demasiado cerca para mí”, concluyó el hombre.

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