La guerra en Europa volvió a activar las alarmas globales cuando unos misiles estallaron en Polonia. Sobre esa preocupante conflagración, el reconocido analista Samuel Montaño Salcedo conversó con OH!.
—En las noticias de las grandes cadenas se habla de una catastrófica cuasiderrota rusa. Pero, de pronto, llegan noticias de que Kiev está casi sin electricidad y piensan en evacuar la ciudad. ¿Hay demasiado sesgo prooccidental en lo que se informa en Bolivia? —Es fundamentalmente propaganda de la OTAN porque Rusia es una potencia militar especialmente en lo convencional. En el mundo hay dos potencias terrestres y una sola potencia aérea y naval. La potencia aérea y naval es Estados Unidos, pero en cuanto a tierra ha sido superada por tecnología y número por rusos y chinos. Rusia, siendo una potencia, no va a lanzarse a una ofensiva militar para luego perderla, sin haberla planificado. Desde el primer día comienza una mala propaganda sobre los tanques rusos. Decían que volaban las torretas y que estaban mal diseñados, y que ése es un defecto supuesto que habían descubierto los norteamericanos en las guerras del golfo. Ésa es una gran contradicción, ya que si hubieran descubierto ese supuesto defecto lo hubieran corregido los rusos tantos años después de las guerras del Golfo. Se habló incluso de que en el mundo escasearía el trigo, que acá en Bolivia iba a escasear el pan, la harina, etc. Ya van nueve meses de guerra y no hay esa escasez. Pero los grandes empresarios en diversas partes del mundo usaron la guerra para especular no sólo con el trigo, sino con lo que pudieron.
—¿Qué pasó con la intención de invadir toda Ucrania de manera arrolladora y su sorprendente retroceso? —La ofensiva no está dirigida a ocupar completamente Ucrania. Son más de 600 mil kilómetros cuadrados, un vasto territorio, casi del tamaño del 61 por ciento de Bolivia. Lo que ha hecho Rusia es una ofensiva para ocupar la parte este de Ucrania. Quiere asegurarse un escudo que le permita neutralizar cualquier disparo de misiles que pretenda EEUU con el sistema que ya ha implantado en Polonia y que quería implantar en Ucrania. Si se ubican los misiles en una ofensiva militar desde Ucrania, se tiene menos tiempo de viaje hacia Moscú o hacia el corazón de Rusia. Si se dispara misiles desde el mar de Barents, por ejemplo, en una guerra nuclear desde submarinos, tardarán entre 15 a 22 minutos en llegar a sus blancos. Desde los Estados Unidos van a tardar como 45 minutos en llegar a Rusia. Pero si los disparan desde Ucrania, el tiempo se reduce a 10 o 12 minutos. No les da tiempo a los rusos para reaccionar. Por eso Putin invade esa parte de Ucrania, para hacer una especie de escudo. Es decir, para tener toda la disposición electrónica, poder interceptar y vigilar el lanzamiento de los misiles de los norteamericanos. Es algo semejante a lo de Cuba cuando la crisis de los misiles. Acortaban en gran parte los rusos el tiempo de disparo, el tiempo de reacción y el tiempo de viaje de los misiles desde Cuba hacia todo el sur de los EEUU. Por eso Kennedy reaccionó y hubo aquella crisis. Lo que está haciendo Putin es lo mismo que hizo Kennedy.
—¿Cómo está operando esa guerra de propaganda que parece tan efectiva? —Hay una gran manipulación informativa en la guerra de Ucrania. ¿Por qué se está permitiendo a varias cadenas, incluso de medios latinoamericanos, que entren en Ucrania y muestren lo que están haciendo los rusos? Porque esta vez son los rusos los que han invadido y no tiene que haber restricciones. Es lo contrario a lo que sucedió en la invasión a Irak, en Afganistán, en la división de Sudán, en Siria, en Libia. Allí no permitieron entrar a nadie más que a la CNN y la BBC. La CNN fue creada como consecuencia de la guerra de Vietnam porque gran parte de que hayan perdido allí los norteamericanos fue gracias a la prensa. La prensa mostraba la crueldad de la guerra, los bombardeos, cómo sufría la gente y los soldados americanos, y eso los llevó a la derrota. Por eso fue el Pentágono que creó la CNN para que solamente la CNN informase. Por eso, cuando hubo las guerras del Golfo no se veía los destrozos, ni los barrios, ni los hospitales, ni las escuelas. Solamente se veía como juegos de video en la pantalla que caían los misiles o las balas cazadoras o los misiles, pero no veías la destrucción. Es más, la CNN jugó un papel infame y eso lo denunciaron muchos. La famosa periodista Mary Colvin, por ejemplo, denunció a CNN. Dijo que se introdujo a Irak so pretexto de los reportajes, pero informaba a través de sus despachos si los misiles habían o no destruido los blancos o sobre la ubicación de las columnas de militares iraquíes, por ejemplo.
—Se habla de que, ante la posibilidad de un principio de pacificación, Rusia sea conminada internacionalmente a indemnizar a Ucrania. ¿Cree que se llegue a algo así? —Hace poco habló el presidente Biden en ese sentido, o sea, sobre indemnizaciones por los gastos de guerra, y juicios por los crímenes de guerra. Bueno, no es el mejor proponente en esta materia. ¿Quién va a juzgar a EEUU, si hasta George Bush confesó que la guerra en Irak causó más de un millón de muertos? Hace dos años, el Papa visitó Irak, fue donde la pequeña comunidad católica. En las fotos se ve que tuvo que dar una misa a campo libre y en un espacio en la calle porque todo está destruido. No hay mezquitas, iglesias, escuelas, coliseos… Sobre eso no se habla o sobre otros casos. Hillary Clinton confiesa en el Washington Post en una entrevista: “Nosotros hemos provocado la guerra en Siria, por los intereses de Estados Unidos y de Israel”. El periodista se altera y le dice “¿Sabe usted lo que está confesando?”. Y ella dice: “Sí, pero se nos ha ido la guerra de las manos”. Lo curioso es que periodistas como Mery Colvin o Mika Yamamoto, y otros que denunciaron los excesos de los norteamericanos en las guerras, aparecieron muertos. Cuando Hillary Clinton aterrizó en Libia, Colvin le dijo: “Nosotros hemos estado acá y no vi nada de lo que ustedes dicen que estaba haciendo Gadafi, pero sí vi los misiles norteamericanos y han destruido hospitales, clínicas…”.
—Sumando el apoyo que ha recibido y sigue recibiendo Ucrania, ¿cuál es la fuerza real a la que se está enfrentando Rusia? —Incluso un exsecretario de la OTAN lo ha dicho: Rusia no está peleando contra Ucrania, está peleando con toda la OTAN. Todo el mundo le ha empezado a enviar armamento. Canadienses, polacos, rumanos, albaneses, portugueses, británicos, hasta japoneses y australianos han enviado armas. Muchos se están deshaciendo de armamento de segunda o tercera mano. Ahora, lo que se le está enviando a Ucrania cuesta, es toda una inversión. No se la van a dar gratis. Tarde o temprano van a cobrar ese armamento. Y, claro, EEUU está aprobando un refuerzo que no va a ser gratuito. Mañana termina la guerra. Llegan a algún acuerdo de esa parte del este ocupada por los rusos, que puede ser Ucrania del Este y Ucrania del Oeste. Llegar a un cese el fuego, etc. ¿Qué va a ser de todo ese armamento entregado a Ucrania? Es un negocio de armas. Saben que Ucrania no va a pagar inmediatamente, pero saben que en Ucrania hay una riqueza más grande.
—A propósito, ¿cuál la importancia de Ucrania para que estemos al borde de una nueva Guerra Mundial abierta? — Hittler no sólo quería Leningrado, sino Ucrania. Logró ocupar gran parte de Ucrania y Stalin defendió más Ucrania que Moscú, porque Ucrania era la fuente de los minerales, hierro para los tanques, para la munición, y era prácticamente el granero de Rusia. Por eso la gran Batalla de Kursk, la más grande de la historia. Un encuentro entre tanques, artillería, concentración de más de 2 millones de hombres. Se han masacrado entre rusos y alemanes porque era una parte estratégica en cuanto a recursos. Por eso hoy en día a Ucrania no le ha faltado recursos de ninguna naturaleza.
—¿Puede volverse una conflagración mayor y que entren Polonia, Lituania, Bielorrusia, etc. en la guerra? —Sí, puede ampliarse. Tienen la necesidad de ampliar porque los rusos pueden abrir un segundo frente, pero de amenaza, en las fronteras con Lituania y Polonia, para distraer a las fuerzas. Pueden hacer una amenaza o poner nerviosa a la población europea. La población europea al principio veía con pena a los ucranianos. Pasado el shock de la invasión, la gente comienza a preguntarse el porqué. ¿Por qué se ha dado este conflicto, por qué tiene que darse este conflicto? Y ahí llegan las declaraciones de Wesley Clark o del general Alexander Haig, ambos excomandantes de la OTAN. Él dice que Ucrania tiene un peso más importante que incluso Japón, más importante que el de Israel. ¿Cuál es la importancia estratégica? Si se ocupa Ucrania, se golpea rápidamente el corazón de Rusia. Bush, antes de salir del gobierno, en tono de “broma” dice que hay que hundir la flota rusa en el mar Negro; no fue tan broma. La flota rusa fue estratégica en el conflicto de Siria. Un solo crucero que salió de la flota rusa se apostó frente a las costas de Siria y ésa fue una advertencia a los norteamericanos de que podían encender una mecha.
—¿Hay riesgo de uso de armas nucleares o es sólo una amenaza? —Hay, pero hay que clasificar las armas termonucleares o atómicas de distintas capacidades y las armas nucleares tácticas. Estas últimas son armas de pequeña intensidad, pero tienen una carga nuclear para atacar bunkers, concentraciones de tropa o de blindados o bases militares que con un solo golpe o una sola explosión táctica pueden destruir. Curiosamente, a Barak Obama le dieron el premio Nobel cuando aumentaba las tropas en Afganistán y autorizaba el desplazamiento de armas tácticas nucleares en Alemania, en Holanda y en Turquía, especialmente en Turquía. El otro país que ha amenazado con usar armas tácticas fue Inglaterra, cuando Margaret Thatcher. Le advirtió a Francia, en 1982, que si no le daban los códigos de los misiles usados por los argentinos contra la flota británica, ellos usarían armas tácticas nucleares para hundir a los submarinos argentinos.
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