A partir de la madera se pueden levantar distintas edificaciones. Dentro de los métodos se expande el sistema denominado Bloques de Madera Encastrado (BME) que desde hace un tiempo fue utilizado para levantar más de 500 construcciones ubicadas en distintas partes de nuestro país y la región, totalizando más de 30.000 metros cuadrados.
Bajo esta modalidad edilicia no sólo se pueden hacer casas, también dúplex, oficinas, cabañas, hoteles, hospitales, colegios, iglesias, Salones de Usos Múltiples, entre otras posibilidades.
Se tratan de construcciones que se apoyan en el uso eficiente y sustentable de la madera, que consiste en la utilización de bloques ranurados de tamaños prefijados, que son similares a los ladrillos, que se superponen unos a otros unidos a través de listones, tarugos de madera y tornillos metálicos que vinculados forman los muros, conformando espacios estancos en el interior.
Los bloques se realizan con madera de pino maciza que se estabilizan y se confeccionan con máquinas industriales de gran porte y después se tratan con protectores no contaminantes contra hongos e insectos para que sean resistentes evitando su deterioro.
El arquitecto Giuliano Nespeca, que junto con Pedro Ramírez, Faustino Giménez, Nicolás Garay son de la compañía que fundó BME, dijo a Infobae que “los pasos principales en este método son casi los mismos que se emplean en los demás sistemas constructivos. Lo que lo facilita es su forma de encastre que colabora ampliamente en la elevación de los muros”.
Cuando se habla de que en el sistema tradicional el valor del m2 de obras supera actualmente los USD 650, en BME ronda USD 500, pero ese precio también dependerá de los niveles de terminación o revestimientos tanto internos como externos que se le apliquen a la vivienda.
La manera de edificar no difiere mucho del ladrillo convencional, la diferencia es que este bloque de madera se encastra como una especie de Lego y se fija con un tornillo y al ser auto portante no necesita de vigas ni columnas.
“Los plazos de obran son aproximados, pero una vivienda de 100 m2 llave en mano se construye con todas las terminaciones y servicios instalados en aproximadamente 45 días. Normalmente se requieren de 4 a 5 personas para su ejecución”, detalló Nespeca.
Las maquinas que se usan son las convencionales para la madera como ingletadores, sierras circulares, caladoras, cepilladoras, atornilladores a baterías, lijadoras, entre otras.
En este caso hay que disponer de un terreno. Nespeca, aclaró: “Hay una condición que es imprescindible y es que la vivienda no puede estar en la medianera con un vecino, porque este no le daría el cuidado que corresponde a ese muro que tienen en común”.
Las construcciones se levantan sobre plateas de hormigón, estructuras de hierro y de madera según requerimiento y topografía. De hecho pueden hacerse en una llanura, selva, zona boscosa o lugares donde la nieve es protagonista como en la Patagonia. Y si hay algo que queda mal, según expertos, se resuelve fácilmente ya que el sistema al ser de encastrado y atornillado se desarma y se corrige rápidamente.
Son viviendas evolutivas porque se puede iniciar con una superficie determinada y más adelante se le pueden sumar ampliaciones o más ambientes.
Mantenimiento y expansión regional
Estas viviendas se mantienen fácilmente con un presupuesto muy bajo. Nespeca dijo que “la madera ofrece todas sus cualidades: termicidad, acústica, robustez, seguridad, entre otras ventajas. Por lo general, una vez al año se recomienda dar una mano con protector por fuera”.
Y en caso que sea haya decidido por pintura en el exterior el mantenimiento es menor ya que con las nuevas tecnologías de pinturas pueden durar hasta 4 o 5 años. En su interior no lleva mantenimiento.
Las terminaciones son a gusto del cliente, pueden pintarse en distintas tonalidades y en algunos casos se queman con soplete industrial para que forme unas carbonillas estilo Yakisugi.
Además de los creadores del BME una de las empresas que más edifica a través de este sistema es la Corporación Forestal Neuquina (Corfone).
El sistema llegó a otros países como Uruguay o Chile, y “también en México, donde empezamos a producir y a construir a través de franquicias y licencias, realizando alianzas estratégicas con empresas locales”, concluyó Nespeca.