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Mujer colgando un cuadro Iakov Filimonov
Hay muchos factores que hay que tener en cuenta si queremos ponernos a reparar las grietas que tenemos en casa, pero lo principal es despejar tres incógnitas de base: la superficie (hormigón, ladrillo, yeso, madera, piedra, cemento, paredes porosas, impermeables, etc.), la localización (techo, suelo, pared, interior o exterior) y el tipo de grieta (profundidad y tamaño).
Para reparar grietas pequeñas basta con aplicar una masilla tapagrietas. Puedes encontrar gran variedad de marcas que la ofertan ya preparada y de secado rápido. También la puedes preparar por tu cuenta, con un poco de cemento y agua, pero cerciórate de que la mezcla no tenga grumos antes de aplicarla.
En las ocasiones en las que nos enfrentemos a una grieta grande también podemos acudir a estas masillas, pero necesitaremos de una marca específica para rellenar agujeros de más de 10cm. Otra opción es tirar de las bandas antigrietas, son más caras pero mucho más fáciles de aplicar.
Muchas veces, el problema viene de los tornillos que usamos para colgar cuadros o muebles. Algunos son más pequeños o incluso más grandes y estropean la pared.
El Hormiguero ha desvelado el secreto para conseguir que un tornillo, que es pequeño, quede bien encajado en el agujero de un mueble o madera por ejemplo. Lo que hay que hacer es echar sal en el agujero y posteriormente podemos poner el tornillo o clavo. Así de sencillo.
Echar sal en un agujero antes de insertar un tornillo es un truco comúnmente utilizado para mejorar la capacidad de agarre del tornillo en la superficie en la que se está atornillando. La sal actúa como abrasivo, creando pequeñas muescas en la superficie y aumentando la fricción entre el tornillo y la superficie. Además, la sal también ayuda a prevenir la oxidación del tornillo y la superficie en la que se está atornillando, lo que puede facilitar la extracción del tornillo en el futuro.
Es importante tener en cuenta que este truco funciona mejor en superficies duras, como la madera, y no es recomendable en superficies blandas o frágiles, como el yeso o el plástico, ya que podría dañar la superficie.
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